De inmensas riquezas culturales, capaz de abastecer a la población mundial con sus suelos fértiles y con una de las mayores diversidades naturales América latina, se vio saqueada y ultrajada con la llegada del los Conquistadores. Desde que se divisaron en el horizonte por primera vez las naves españolas, todo cambio. Los indios de las Américas sumaban no menos de setenta millones y quizás más, cuando los conquistadores extranjeros aparecieron, un siglo y medio después se habían reducido, en total a sólo tres millones y medio. Almas que fueron condenadas de antemano, sin saber el destino que les depararía, ajenas al futuro cruel y sangriento a los que serían condenados por el oscuro proceso de la historia.



Este acontecimiento traería consigo el germen de la devastación y sufrimiento, desde Colon, pasando por Cortés y su terrible matanza con solo un centenar de hombres y caballos logrando conquistar al pueblo milenario azteca de Moctezuma. Los conquistadores violaron, mataron, robaron y hasta llevaron consigo sus enfermedades desde Europa lo que provoco grandes epidemias entre los pueblos indígenas. El viejo mundo vino a saciar su sed de recursos, como una plaga que destruye para sobrevivir. América era un negocio Europeo, todavía vigente.

Los indios han padecido y padecen la maldición de su propia riqueza. Cuanto más codiciado por el mercado mundial es un recurso, mayor es la desgracia que un producto trae consigo al pueblo latinoamericano que, con su sacrificio, lo crea. Como algunos ejemplos podemos nombrar a Potosí famosa por sus minas de Plata, se convirtió en una de las ciudades mas ricas del Mundo igualándola en habitantes a Londres en un censo del año 1650. Los mejores lujos podían encontrarse allí provenientes de los rincones mas lejanos del planeta.
Ouro Preto, corrió la misma suerte que su par Potosí pero ésta se distinguía por su oro. Fueron tantas las toneladas de oro que extrajeron en Brasil, que sin éste, Inglaterra no hubiera podido enfrentar a Napoleón.


Pero como todo recurso no renovable en algún momento se agota, y eso fue lo que sucedió en ambas ciudades, hasta que la tecnología actual pudo seguir extrayendo. Esta escasez provoco que su esplendor termine de manera abrupta convirtiéndolas en ciudades casi desoladas, sin recursos, sin trabajo, sin negocio para Europa, sin vida.
El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamíento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista, la conversión del continente africano en un cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la sociedad capitalista.
¿Hasta cuando se seguirán sacrificando generaciones en nombre del capitalismo? Eso dependerá de NOSOTROS.