Dos orillas del mar Caribe



Si Cayo Largo no es una de las últimas playas vírgenes del planeta, merecería serlo. Al menos, esa es la percepción que invade al viajero apenas pone un pie en las arenas de esta isla del suroeste de Cuba. Son sólo 25 kilómetros de largo por 8 de ancho de playas todavía desiertas, de esas que dejan la sensación de ser el primer visitante, la primera persona en ver este mar increíblemente azul. Sin embargo, Cayo Largo está a sólo media hora de avión de La Habana. Catalogada como uno de las mejores lugares de Cuba para el buceo y todas las actividades náuticas -las playas están protegidas por una barrera de arrecifes de coral- en la Playa Tortuga todavía es posible ver a estos animales desovar en la arena. Lindamar es una de las playas más bonitas por su tamaño pequeño y la sensación de estar protegido por las rocas.




Cayo Coco es otro de los centros turísticos de Cuba, que gana fuerza sin perder la belleza ni el aire de refugio ideal para corsarios y piratas: la imaginación y la historia se cruzan en leyendas y relatos de tesoros escondidos, de naufragios de barcos cargados de riquezas. Con 21 km de playas de arena blanca, una buena parte del territorio de Cayo Coco está cubierta de bosques que solamente reconocen el límite de la arena. En esta isla desarrolla su labor el Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, un organismo que permitió, al mismo tiempo que crecieron el turismo y la infraestructura -desde hoteles 5 estrellas hasta albergues-, no poner en peligro la biodiversidad de la región.


Ubicación geográfica :